Que tipo de Arbol Soy? PARTE 1

¿Qué tipo de árbol soy? (1 Parte)

“Te planté de vid escogida toda ella de buena simiente, ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña?” Jeremías 2:21


I Las actividades religiosas no dan verdaderas evidencia de nuestro fruto. (Juan 8: 31-59) Muchos creen que son salvos debido a las emociones. Muchos creen que son salvos porque fueron sanados milagrosamente. Muchos creen que son salvos porque otros les dicen que lo son.

Estas personas son el equivalente antiguo, de los modernos asistentes a la iglesia que creen que la Biblia es la Palabra de Dios, diezman, adoran, dan testimonio, predican y, en algunos casos hacen milagros pero que no están realmente convertidos al Señor.

II Los frutos separan las ovejas de Dios de las cabras del diablo.(Mateo 7: 21-23) “ No todo el que me dice: “ Señor, Señor” entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos milagros?” 23 Entonces les declararé: “Nunca os conocí. !Apartaos de mí, hacedores de maldad”.

Dios no salva a todos los que hablan en su nombre. Dios no salva a todos aquellos que dicen creer en su palabra. ( los demonios creen y tiemblan) Las personas pueden decir hacer muchas cosas de Dios y no ser regenerados.

III Actitudes o aspectos que proyectan nuestros frutos. El Espíritu de Dios nos obliga a ser leales a su Palabra escrita. “ Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” (1 Juan 4: 5,6) “ El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él. (1 Juan 2: 4)

El Espíritu de Dios hace que nos amemos unos a otros. “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios, Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. (1 Juan 4: 7,8)

Este amor no es un sentimiento ni una emoción, antes bien, “un camino” una manera de vivir de comportarse, es también “una ofrenda” no una autorrealización, es un “sacrificio a Dios” no depende de una respuesta favorable; y todo esto demuestra obediencia a Dios.

El Espíritu de Dios nos hace saber que Cristo pagó por nuestro pecado. “ En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él, En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestro pecados” ( 1 Juan 4: 9,10)